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ADMIRACIÓN

La Admiración es un sentimiento ante alguna cosa o alguien que consideramos con cualidades extraordinarias.

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La admiración hacia otra persona es un sentimiento social que nos motiva a seguir los pasos de quienes admiramos. Por lo que es un sentimiento que genera superación personal.

Admiramos habilidades, cualidades, competencias y talentos que nos pueden llegar a sorprender y que consideramos fuera de lo común, fenomenales y/o superiores a las nuestras.  

La admiración puede llevarnos a querer aprender más y superarnos. Es un facilitador del aprendizaje a todos los niveles.

Podemos admirar creaciones o entornos naturales:

  • Obras de arte
  • Creaciones de la Naturaleza
  • Formas de vida
  • Libros, lecturas, poesía, teatro…
  • Música, composiciones, instrumentos, orquestas…
  • Creaciones del Ser Humano
  • Etc.

Y a su vez, podemos admirar aspectos o cualidades humanas:

  • Talento
  • Perseverancia
  • Templanza
  • Maestría en algún tipo de arte o habilidad
  • Ecuanimidad
  • Paciencia
  • Serenidad
  • Paz interior
  • Amor incondicional
  • Y un largo etc.

 “Amar es admirar con el corazón; Admirar es amar con la mente”.

Theopile Gautier

ACEPTACIÓN

La aceptación es la capacidad para asumir la vida tal y como es.

Y esto nos supone un gran reto a tod@s, ¿no?

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Es la capacidad de asumir la vida tal como ES

El budismo propone la aceptación de “lo que es” como camino hacia la liberación del sufrimiento. En lugar de evitar las situaciones dolorosas o eludirlas, se trata de aceptarlas y comprenderlas puesto que “son”.

Es importante destacar que NO aceptamos cuando queremos que las cosas sean diferentes de cómo son, que sean como nosotros deseamos, es decir, cuando decimos: “debería ser diferente”, ya sea referente a una persona o situación.

La resignación NO es lo mismo que la aceptación. La resignación nos coloca en un lugar de queja, pasividad, desmotivación y pérdida de energía mientras que la aceptación nos permite observarnos, comprendernos, entender y sentir que la realidad es así. Desde ahí, podemos poner nuestra energía, fuerza y compromiso en conseguir objetivos, construir o crear algo nuevo, etc.

Para mí, la aceptación es una forma de amor. Si aceptamos a nuestros seres querid@s como son, nuestra pareja, familia, hij@s, amig@s, etc. Les estamos haciendo sentir amad@s. Ahora bien, la teoría es muy fácil y la práctica lo tremendamente complicado a veces.

Por el contrario, la mayoría de dificultades relacionales que tenemos tienen que ver con pretender cambiar al otr@. Esto es igual de aplicable en la relación con nosotr@s mism@s. De hecho, si aprendemos a aceptarnos a nosotr@s mism@s la consecuencia es que aceptamos mejor a los demás tal y como son.

La aceptación es tan importante en nuestras vidas que es el último paso del duelo en la Teoría de la Dra. Elisabeth Kübler-Ross, psiquiatra, que en 1969 publicó el libro On death and dying (Sobre la muerte y los moribundos), según ella hay 5 etapas en el proceso de duelo: Negación, Rabia, Negociación, Depresión y Aceptación. Pasamos por todas las fases hasta llegar al momento de la aceptación en el que podemos asumir la pérdida de la persona fallecida o de la pérdida que hayamos tenido, ya no peleamos con la realidad de lo sucedido si no que nos hemos hecho a la idea y comenzamos a aprender a vivir con ello.

TIPS:

  • Observación: de nosotr@s mism@s, de los demás, de nuestra sociedad, en definitiva, de la realidad tal y como es. Muy a menudo observo que uno de los grandes males que sufrimos es pensar que sólo a nosotr@s, nos sucede eso que sentimos, pensamos, hacemos, etc. Si somos conscientes de que eso que nos sucede no nos sucede en exclusiva a nosotros y que les pasa a más personas nos aproximamos a comprender que “eso que nos pasa” sucede en la vida y en la realidad que vivimos, aunque no nos guste.
  •                Observar la conexión existente entre tod@s: lo creamos o no, lo sintamos o no, todo y tod@s estamos interconectad@s. Si se extinguen las abejas se acaba la polinización de las flores y plantas, en consecuencia, la vida como la conocemos muere. Lo que vestimos, comemos, muebles, etc. Están hechos por personas de diferentes lugares del mundo, otras los han transportado, para tener lo que tienes hoy. La pandemia está evidenciando esta realidad interconectada, hasta que todos los seres humanos no estén vacunados o tengan anticuerpos no podremos avanzar como si quiere y requiere.
  •                Ver la situación desde otro ángulo: A veces no vemos toda la realidad sino sólo un aspecto o parte de la misma. Hablar con otras personas con las que sentimos confianza sobre el tema pueda ayudarnos a ver otro aspecto o ángulo de la situación, de nosotr@s mism@s o de otr@s.
  •                Practicar la compasión: ser compasiv@ con nosotr@s mism@s o los demás nos permite aproximarnos a la comprensión de las circunstancias y las situaciones tal y como son.

ABRUMAD@

Nos sentimos abrumad@s cuando experimentamos situaciones de la vida que nos superan, nos sobrecogen o nos desbordan. Es un estado emocional de agobio, opresión, angustia, hastío, tedio, asombro o admiración.

Puede abrumarnos lo que sentimos, lo que pensamos y lo que nos decimos al respecto.

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Podemos sentirnos abrumad@s por:

  • Emociones o sentimientos que se activan ante experiencias que nos recuerdan eventos de nuestra historia vital que han sido dolorosos o traumáticos.
  • Sentirnos presionados por tiempo, plazos de entrega, fechas señaladas, procesos legales, procesos bancarios, etc.                                    
  • Querer hacer “bien” o “perfectas” las cosas
  • Tener muchos problemas complejos a la vez
  • Situaciones adversas y complicadas a nivel familiar, de salud, económicas, de amistad y laborales.
  • Sentir el cuidado o el amor de muchas personas a la vez
  • La belleza de la naturaleza
  • Recibir muy malas noticias
  • Recibir muy buenas noticias

TIPS:

  1. Identificar aquello por lo que te sientes abrumad@
  2. Ponerle palabras a la situación o experiencia y, a ser posible, compartirlas con alguien de confianza
  3. Observar y cuidar el diálogo interno. Cómo te hablas puede aliviar o activar el sentimiento de abrumad@
  4. Valorar si puedes hace algo concreto y específico al respecto de la situación. Por ejemplo, si es un plazo de entrega, planificar el tiempo y tareas para poder cumplir el plazo
  5. Practicar ejercicios de respiración como, por ejemplo, la coherencia cardiaca para regular el sistema nervioso
  6. Practicar deporte
  7. Contacto con la naturaleza
  8. Uso de aceites esenciales terapéuticos para ayudar a relajar el sistema nervioso (lavanda, bergamota, incienso, copaiba, pimienta negra entre otros)
  9. Pedir ayuda si el sentimiento de abrumad@ dura demasiado tiempo

ABATIMIENTO EMOCIONAL

El abatimiento es un sentimiento de cansancio, desmotivación, de decaimiento y desilusión, tanto físico como emocional.

Sentimos que perdemos la fuerza, la energía y nuestro ánimo. Es como si nos desplomáramos a todos los niveles.

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Podemos sentirnos abatid@s cuando:

  • las adversidades nos sobrepasan
  • no logramos nuestros objetivos
  • no conseguimos relacionarnos con los otr@s como queremos
  • sufrimos pérdidas y estamos en duelo
  • nos sentimos aislados y en soledad
  • tenemos expectativas frustradas
  • sentimos carencias internas
  • otros

Este sentimiento suele ir acompañado de otros, desde la melancolía hasta la tristeza profunda. La intensidad de este sentimiento depende en gran medida de nuestra historia vital, de nuestra integridad psíquica y de nuestra madurez emocional.

IMPORTANTE: Si el abatimiento emocional es prolongado en el tiempo consulta con un profesional pues puede ser indicativo y síntoma de una depresión.

TIPS DE GESTIÓN EMOCIONAL:

  • Recurre a tu vida social, pasa el menor tiempo posible sol@ (quedar, llamar, escribir…)
  • Máxima atención a tu cuidado personal (descanso, alimentación, no tóxicos…)
  • Conecta con la naturaleza
  • Conecta contigo mism@ (respira conscientemente, visualizaciones, meditaciones…)
  • Realiza actividades que te sean placenteras (hobbies: música, cocina, lee, escribe, jardinería…)
  • Realiza deporte o camina, a ser posible en la naturaleza
  • Utiliza aceites esenciales terapéuticos (cítricos, limón, bergamota, hierba limón…)
  • Activa tu energía a través de masajes enérgicos, música, ver fotos de gente que quieres, vídeos de lugares que te gustan…
  • Permítete ser ayudad@ por profesionales

ABANDONO EMOCIONAL

Tod@s podemos sentirnos abondan@s emocionalmente según las circunstancias y el contexto que experimentemos.

El abandono es un estado emocional individual que cada un@ sentimos a nuestra manera como seres únic@s que somos, ya que no hay dos huellas dactilares iguales ni siquiera en el caso de los gemelos idénticos.

Lo sentimos como una amenaza psicofisiológica que sitúa a nuestro cerebro en un estado de supervivencia (Lucha/Huida o Inmovilización/Colapso).

Según la Teoría Polivagal de Stephen Porges y Sue Carter (1995, 2007, 2016, 2017) nuestro sistema nervioso autónomo se compone por:

  • El Estado de Conexión Social (Sistema Parasimpático Vagal Ventral)
  • El Estado de Lucha o Huida (Sistema Simpático)
  • El Estado de Inmovilización o Colapso (Sistema Parasimpático Vagal Dorsal)

Es importante hacer la diferencia entre:

El abandono emocional infantil:

Es importante recalcar aquí que el neocórtex de los niñ@s está en proceso de maduración, por lo que necesitan un neocórtex auxiliar, el de mamá, papá o el cuidador/a, para poder regular su sistema límbico o cerebro emocional. Si el cerebro de un niñ@ entra en supervivencia necesita que lo co-regulen emocionalmente, que un adulto cuidador le ayude a salir de ese estado de supervivencia. De ahí la complejidad de este estado emocional puesto que eso es precisamente lo que al niño le falta y necesita.

El niñ@ entra en este estado al sentir la falta de satisfacción de sus necesidades por parte de sus padres o cuidadores de manera continuada o prolongada en el tiempo. Somos suficientemente resilientes como para sobreponernos a situaciones puntuales, pero no cuando es algo repetido y constante, es decir, crónico.

IMPORTANTE PARA PADRES/CUIDADORES:

Ante cualquier estado emocional:

1. Comprende y empatiza con lo que está viviendo y sintiendo.

2. Acompáñale en lo que le sucede. Ofrece tu presencia amorosa y compasiva, si te es posible en ese momento ya que a veces nosotr@s también entramos en supervivencia si hay gritos o llantos prolongados. Si no te es posible, ofrece tu presencia, trata de respirar profundamente todo lo que puedas para poder estar en ese momento. Recuerda: lo hacemos lo mejor que podemos, pero no somos perfect@s y fallamos, pero nuestr@s peques no nos necesitan perfect@s pero sí que estemos ahí como buenamente podemos, siendo nosotr@s mism@s. Algun@s niñ@s necesitan un abrazo, otr@s espacio, tú conoces a tu peque y si no tranquil@ te irá guiando, son muy sabi@s.

3. Identifica que está sintiendo o por lo menos cual es la emoción básica que siente y nómbrala. Al ponerle nombre ayudamos a su cerebro emocional y activamos el neocórtex.

4. Ayúdale a identificar si lo siente en su cuerpo, dónde y cómo. Ayudamos a su conciencia corporal y emocional.

5. Deja que te cuente si ya puede expresarse verbalmente. Comienza a desahogarse, empatiza con él/ella.

6. Cuando su cerebro comienza a salir de supervivencia lo vas a notar, comienza a estar más tranquil@ aunque aún no se le haya pasado. Le ayudas a co-regularse emocionalmente contigo.

7. Ahora ya se puede comenzar a dialogar y razonar. Es tiempo de sembrar las semillas que quieras plantar según el momento y la situación experimentada.

El abandono emocional:

Estado en el que las personas NO nos sentimos vistas por los otr@s ni querid@s como necesitamos en ese momento, por lo que podemos sentirnos sol@s, aislad@s, insegur@s, dejados de lado, descartad@s, indesead@s, rechazad@s … dependiendo de la experiencia personal de cada un@.

ES IMPORTANTE SEÑALAR QUE:

Cuando hemos vivido abandono emocional infantil prolongado cargamos con una herida emocional traumática. Inevitablemente, esto repercute en nuestra vida adulta a través de síntomas fisiológicos, conductas de protección y aislamiento, reacciones emocionales intensas que responden no sólo ante la experiencia del presente si no también ante las experiencias vividas en el pasado. De esta manera, se activan las redes neuronales que cargan la experiencia traumática y, en consecuencia, la gestión emocional se hace aún más complicada. Tod@s tenemos una historia vital y una mochila a nuestras espaldas. Un@s más pesada que otr@s.

De ahí la frase: Cada persona que ves, está luchando una batalla de la que tú no sabes nada. Sé amable.

Imagen de Gerd Altmann

Recuerda: Sentir Abandono emocional activa nuestro cerebro de supervivencia.

GESTIÓN EMOCIONAL:

Al igual que con los niñ@s los adultos también podemos hacer algo por nosotr@s en este estado emocional.

  1. Observa y reflexiona sobre el contexto y situación/es que ha hecho que te sientas así.
  2. Observa dónde y en qué lugar lo sientes en el cuerpo. Identifica y nombra lo que sientes. Ayudas a tu cerebro al hacerlo y comenzamos a sentir alivio.
  3. Trata de comprenderte y tener un diálogo interno amoroso contigo mism@, es decir, sé lo más comprensiv@ y compasiv@ que puedas contigo. Ya es bastante complicado sentir abandono emocional como para además juzgarnos, criticarnos y condenarnos por ello. Al tratarte amorosamente activas tu sistema nervioso social (Vagal Ventral) al conectarte contigo mism@ y, de esta manera, salimos del estado de supervivencia.
  4. Trata de compartir lo que estás sintiendo con alguien con quien sientas confianza, seguridad y con quien no te sientas juzgad@. Así activas tu sistema nervioso social (Vagal Ventral) al conectarte con otr@s y, de esta manera, salimos del estado de supervivencia.

IMPORTANTE: Si éste es un estado emocional muy habitual en tu experiencia emocional ponte en manos de un profesional que pueda ayudarte.

La Autoestima

La confianza en nuestra capacidad de pensar, en nuestra capacidad de enfrentarnos a los desafíos básicos de la vida.  La confianza en nuestro derecho a triunfar y a ser felices;  el sentimiento de ser respetables, de ser dignos, y de tener derecho a afirmar nuestras necesidades y carencias, a alcanzar nuestros principios morales y a gozar del fruto de nuestras esfuerzos.

La esencia de la Autoestima es confiar en nosotr@s mism@s y en saber que somos merecedores de la felicidad.

Lo que muchos de nosotr@s necesitamos, aunque pueda sonar paradójico, es el coraje para tolerar la felicidad sin sabotearnos a nosotr@s mism@s.

La autoestima – alta o baja – tiende a generar profecías que se cumplen por sí mismas.  Si dispongo de una autoestima alta puedo predecir éxitos y logros en las metas que quiero conseguir, confiaré en mis capacidades para conseguir aquello que me propongo. Ésto está muy relacionado en la forma en la que voy a hablarme a mí mism@ al respecto, animándome y confiando en mí.

Si por otro lado, dudo de mis capacidades y desconfío de ser capaz de conseguir mis objetivos puedo predecir fracasos o lo que es peor puedo quedarme paralizad@ y ni siquiera intentarlo. De forma que la profecía se autocumple al ni siquiera intentarlo.

Fotografía por Annie Spratt

Una autoestima saludable se relaciona con:

  • La racionalidad y realismo: es la búsqueda del significado y la comprensión de las relaciones. Su base está en el respeto a los hechos. La búsqueda de la razón es la de la integración no contradictoria con la experiencia, que implica una disponibilidad y una actitud abierta a la experiencia. No es sierva ni de la tradición ni del consenso.
  • Intuición: se relaciona significativamente con la autoestima, sólo en la medida que expresa una alta sensibilidad a las señales internas y el respeto apropiado a éstas.
  • Creatividad: los estudios dicen que la persona creativa tiene mucho más a anotar las ideas interesantes en una agenda; pasa mucho tiempo ampliándolas y cultivándolas; gasta energía investigando dónde pueden conducirle. Valoran los productos de su mente.
  • Independencia: el hecho de pensar por un@ mism@ es el corolario natural de una autoestima saludable. Al igual, que la práctica de ser totalmente responsable de la propia existencia, para la realización de sus propias metas y para la consecución de su propia felicidad. 
  • Flexibilidad y capacidad para afrontar los cambios: Ser flexible significa tener la capacidad de reaccionar a los cambios sin que ataduras inapropiadas te liguen al pasado. Una mente que confía en sí misma se mueve con agilidad, sin el estorbo de ataduras irrelevantes, capaz de responder rápidamente a las novedades porque está abierta a considerarlas.
  • Deseo de admitir y corregir los errores: los hechos tienen una prioridad superior a las creencias, la verdad es un valor superior a tener razón. Si la confianza en un@ mism@ se une al respeto a la realidad, el corregir un error se considerará mejor que fingir no haberlo cometido.
  • Benevolencia y cooperación: si me ocupo de mi mism@, segur@ de mis propios límites, segur@ que cuando quiero decir sí es sí y de que cuando quiero decir no es no, la benevolencia es el estado natural. Mi relación con los demás tiende a reflejar la relación que tengo conmigo mism@.

Bilbiografia: Branden, N. (2011). Los seis pilares de la autoestima.

Auto-regulación Emocional / Consciencia Emocional

Los indicadores de la auto-gestión o auto-regulación emocional son:

  • Tendencia a reflexionar y meditar
  • Comodidad delante de la ambigüedad
  • Integridad
  • Motivación (movilizar las emociones positivas para hacernos avanzar hacia nuestros objetivos)
  • Pasión por el trabajo bien hecho
  • Satisfacción por los retos nuevos

La consciencia emocional es la capacidad para:

  • Reconocer nuestras emociones
  • Identificarlas
  • Ponerles nombre

La posibilidad de experimentar y reconocer:

  • Múltiples emociones
  • Sentimientos
  • Estados de ánimo

Implica que:

La persona domina un vocabulario emocional suficientemente rico que le permite expresar exactamente lo que siente.

Significa:

Comprender como impactan en nuestros comportamientos y pensamientos,  implica saber qué estamos sintiendo y por que, encontrar la causa de estos estados y, sobretodo, aprender a usarlos a nuestro favor.

No nacemos con una consciencia emocional, esta se va desarrollando a poco a poco, a medida que vamos experimentando nuevas emociones y los adultos que nos rodean nos ayudan a etiquetarlas y gestionarlas.

Desgraciadamente, en muchos casos este aprendizaje no se produce y la consciencia emocional se atrofia.

Esto no significa que la persona no sea capaz de experimentar muchísimas emociones y sentimientos, sino que no es capaz de reconocerlos y, por tanto, le resulta mucho más complicado gestionarlos.

La buena noticia es que la consciencia emocional se puede potenciar en cualquier etapa de la vida.

Un primer paso para regular las emociones consiste en ser conscientes de ellas. Permitir y aceptar tus emociones, recibir la información que ofrecen, y entonces, trabajar con ellas ¡es inteligencia!.

Debido a la inmediatez de la emoción y a la habilidad que tenemos para integrarla con la razón, nos hemos convertido en seres adaptativos más complejos.

 

Recursos para ser más Asertivos

Para comprender en toda su complejidad los fenómenos emocionales es fundamental atender tanto a los procesos neurobiológicos que los sustentan como los procesos cognitivos y psicológicos que de ellos emergen.

Disponemos de un sistema fisiológico innato que reacciona involuntariamente ante estímulos emocionales y de otro sistema cognitivo-cortical adquirido que reacciona de una manera social y simbólica.

La autorregulación es una especie de conversación interior continuada (relación intrapersonal), es el componente de la inteligencia emocional que nos libera de la prisión en la que pueden cerrarnos nuestros propios sentimientos.

“Cualquiera puede enfadarse, eso es muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y de la manera correcta, no resulta tan sencillo”. Aristoteles, filósofo, lógico y científico de la Antigua Grecia.

Las personas que entablan este tipo de conversación interior tienen momentos de mal humor e impulsos emocionales como todos, pero encuentran la manera de controlarlos e incluso de canalizarlos de manera útil.

Pueden gestionar sus sentimientos e impulsos creando un entorno de confianza e imparcialidad.

Avanzan con los cambios, se ajusten a los nuevos programas, consiguen no emitir juicios precipitados, buscan información y escuchan a los promotores del cambio.

La auto-gestión emocional fomenta la integridad personal, entendida como un valor y cualidad que da a la persona autoridad para tomar decisiones sobre su comportamiento y la resolución de los problemas relacionados con sus acciones.

“Para conservar el equilibrio, hemos de mantener unidos el interior y el exterior, el visible y el invisible, lo conocido y lo desconocido, lo temporal y lo eterno, lo antiguo y lo nuevo”.

John O’Donohue, poeta, escritor y filósofo.

La respiración abdominal o diafragmática es una herramienta muy eficaz a la hora de autorregularnos.

Una prueba sencilla y rápida para saber si nuestra respiración es diafragmática, consiste en ponerse de pie y colocar una mano sobre el pecho y otra sobre el estómago. Durante un minuto, respira con normalidad. Observa tus manos ¿Cuál de ellas se mueve?

  • Si es la mano que está sobre el estómago, estás realizando una respiración diafragmática.
  • Si es la mano que está sobre el pecho, la respiración es pectoral o superficial, que es menos eficaz y no contribuye a relajarnos.

 

Asertividad – Detectar las situaciones problemáticas

Detectar les situaciones problemáticas.

  • ¿Cuando hemos dicho no cuando queríamos decir sí?
  • ¿Cuando no hemos puesto un límite que nos hubiera gustado poner?
  • Analizar el contexto.

Detectar a las personas con las que no se poner límites, decir no, o ser yo mism@.

  • ¿Hay personas con las que si pongo límites?
  • ¿Quienes?
  • ¿Que es diferente entre estas personas

Detectar que pensamientos y sentimientos vienen en estos momentos.

  • ¿Que nos decimos nosotr@s mism@s? (detectar ideas irracionales si hay).
  • Analizar la intencionalidad del otro.
  • ¿Cuál es mi relación con el otro?
  • ¿Siento que me manipula o siento confianza?
  • ¿Por qué quiere el otro que diga que sí?
  • ¿Hay beneficio para mí?
  • ¿Quiero cumplir la expectativa del otro?

“Es mi responsabilidad apartarme de lo que me daña. Es mi responsabilidad saber que me pasa y saber mi cuota de responsabilidad en los hechos“.

Jorge Bucay, psicodramaturgo, terapeuta gestalt y escritor argentino

Explicar nuestra postura de forma clara, sencilla y directa con una breve explicación del No. Una variante es utilizar la empatía antes de dar nuestra postura. Ejemplos:

  • No, gracias quiero irme a casa
  • Siento que se te haya roto el coche, es una faena, este fin de semana no puedo prestarte el mío, lo  necesito pero gracias por contar conmigo.
  • Delante de insistencias o presiones, podemos dar una parte de la razón al argumento del otro pero manteniéndonos en nuestra postura.  Ejemplo:
  • Es verdad, puede ser una buena oferta pero a mi no me interesa.
  • Si continuara la insistencia repetimos nuestra postura. Ejemplo:
  • Ya llevamos un buen rato con esto, ya te dije que no, no continuemos dándole vueltas.

Cuando estamos sobrepasados o muy ansiosos por la situación, podemos postergar la respuesta. Ejemplo:

  • No puedo confirmarlo ahora, déjame que mire mis compromisos y te digo algo.
  • Cuando hay chantaje emocional o juicios o interpretaciones erróneas en relación a nosotros podemos exponer nuestra negativa aclarando que no tiene nada que ver con lo que emplean como disuasión. Ejemplo:
  • No puedo acompañarte porque tengo que acabar un trabajo, no tiene nada que ver con el amor que siento por ti.

Conductas Asertivas

Conductas asertivas:

  • Rechazar una petición / decir no sin culpabilidad
  • Hacer una petición / solicitar ayuda
  • Solicitar un cambio de conducta que resulta molesta
  • Mostrar desacuerdo
  • Expresar nuestra opinión personal y sentimientos
  • Hacer una crítica constructiva
  • Recibir una crítica
  • Formular un elogio / hacer cumplidos

La asertividad va de dentro a fuera, de construir fortalezas en nuestra persona  (autoestima, autorespeto, autoconfianza), para después exteriorizarlas en una conducta y comunicación que sirva a los demás.

“No tenemos porque asociarnos a personas que no nos hacen bien, y que nos obligan a pensar que no somos bastante buenos, y que, si trabajamos duro y somos mejores, tal vez algún día podamos ser suficientemente dignos. Esta no es la clave… Es hora de decir: Esto me perjudica y tengo que dejarlo”.

Melodie Beattie, periodista y escritora superventas norteamericana.