Inés Sierra - Psicóloga y Psicoterapeuta Humanista

Especializada en Trauma

El estrés es la respuesta que emitimos ante las demandas del entorno, es una reacción necesaria y adaptativa que tenemos para poder adecuarnos a las nuevas circunstancias.

Definiciones de estrés por expertos en la materia:

sobrecarga humana que depende tanto de la intensidad de la presión como de los recursos con los que cuenta el individuo para hacerle frente” (Selye, 1974).

es una relación entre la persona y el ambiente, en la que el sujeto percibe en que medida las demandas ambientales constituyen un peligro para su bienestar, si exceden o igualan sus recursos para enfrentarse a ellas” (Lazarus y Folkman, 1984).

Desequilibrio (percibido) entre la demanda y la capacidad de respuesta (del individuo) bajo condiciones en las que el fracaso ante esa demanda posee importantes consecuencias (percibidas) para el individuo” (McGrath, 1970)

La sociedad en la que vivimos nos demanda y somete a una infinidad de situaciones que ponen a prueba nuestra capacidad de respuesta.

Las exigencias y demandas pueden ser de todo tipo, desde las cada vez más elevadas demandas laborales y/o económicas, físicas en relación a belleza y salud, sociales en relación a compromisos y festividades, hasta las responsabilidades domésticas – el llevar la casa, el cuidado de hijos u otros, etc. -, sin olvidar los significativos conflictos interpersonales de nuestra vida personal y laboral.

La respuesta a cualquier aspecto de nuestra vida que percibimos como un reto o una amenaza se conoce como estrés y se traduce en una activación fisiológica del organismo que repercute en nuestro modo de pensar, sentir y comportarnos.

Las consecuencias negativas del estrés se manifiestan cuando las personas sienten que no pueden hacer frente adecuadamente a las exigencias del entorno, o a las que no mismo se impone, amenazando su propio bienestar.

Recientemente, el estrés se aborda desde una perspectiva psicosocial, considerando que las condiciones sociales (apoyo social, aspecto socioeconómico, estatus marital, rol laboral, etc.) pueden estar implicadas en el origen de las experiencias estresantes, ya que las situaciones sociales son capaces de causar altos niveles de estrés, repercutiendo negativamente en la salud, calidad de vida y longevidad (Cockerham, 2001).

Desde esta perspectiva, la experiencia del estrés es entendida como una consecuencia inevitable de la organización social, y no tanto como antecedentes anormales de un trastorno, según se ha mantenido en la Psicología y la Medicina (Sandín, 2003).

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *