Inés Sierra - Psicóloga y Psicoterapeuta Humanista

Especializada en Trauma

Un estudio reciente de los psicólogos Matthew Killingsworth y Daniel Gilbert de la Universidad de Harvard muestreó a más de 2,250 adultos durante sus actividades diarias y descubrió que el 47 por ciento de las veces, sus mentes no estaban enfocadas en lo que estaban haciendo actualmente. Aún más llamativo, cuando las mentes de las personas vagaban, informaron que eran menos felices.

En otro estudio reciente de la neurocientífica Wendy Hasenkamp del Mind & Life Institute revisaron de forma muy detallada lo que ocurre en el cerebro de las personas que practican Mindfulness mediante Resonancia Magnética funcional (RMf).

Estudio reciente de la neurocientífica Wendy Hasenkamp del Mind & Life Institute
Estudio reciente de la neurocientífica Wendy Hasenkamp del Mind & Life Institute

Las imágenes de un meditador en el escáner iluminan la corteza cingulada posterior, el precúneo y otras áreas que forman parte de la red en modo predeterminado, que se mantiene activa cuando los pensamientos comienzan a desviarse

Aquí es cuando nuestra mente divaga, soñamos despiertos, la mente no está enfocado en algo particular.

Estudio reciente de la neurocientífica Wendy Hasenkamp del Mind & Life Institute

La red de relevancia, que incluye la ínsula anterior y la corteza cingulada anterior, subyace a la conciencia del meditador sobre la distracción. Una vez consciente de que la mente se ha movido, el voluntario empuja un botón para informar a los investigadores de lo que sucedió.

La corteza cingulada anterior es una región muy importante para la autorregulación.

Estas dos regiones tienen la capacidad de que nos demos cuenta de nuestra distracción.

Estudio reciente de la neurocientífica Wendy Hasenkamp del Mind & Life Institute

Aquí ocurre la re-orientación de la conciencia.

Dos áreas del cerebro están implicadas -la corteza prefrontal dorsolateral y el lóbulo parietal inferior- se encuentran entre aquellas que ayudan a desviar la atención de una distracción para volver a enfocarse en el ritmo de las inhalaciones y exhalaciones.

Estas regiones permiten desenganchar la atención de la distracción para re-enfocar en las sensaciones propias de la respiración.

Estudio reciente de la neurocientífica Wendy Hasenkamp del Mind & Life Institute

Sostenimiento de enfocar la atención.

La corteza prefrontal dorsolateral se mantiene activa cuando el meditador dirige la atención en la respiración por períodos prolongados.

La región de la corteza prefrontal dorsolateral es muy importante ya que está directamente relacionada con la atención y con la memoria de trabajo. (TDHA)

Estudio reciente de la neurocientífica Wendy Hasenkamp del Mind & Life Institute

El Mindfulness o atención plena, también llamada meditación de monitoreo abierto, implica observar lo que vemos, sonidos y otras sensaciones, incluidas sensaciones corporales internas y pensamientos, sin dejarse llevar por ellas. Los meditadores expertos han disminuido la actividad en áreas relacionadas con la ansiedad, como la corteza insular y la amígdala.

En esta práctica, el meditador cultiva un sentimiento de benevolencia dirigido hacia otras personas, ya sea amigo o enemigo. Lo cual comporta un gran beneficio tanto a nivel personal como a nivel colectivo, pues tal y como demuestran investigaciones sociológicas nuestra actitud afecta a los demás, y no sólo a los más cercanos si no también a personas que no conocemos vinculadas a nuestro círculo cercano, como si de una red de influencias se tratara. (para más información sobre el estudio sociológico consultar el libro Conectados de Nicholas A. Christakis & James H. Fowler).

Realizando un breve resumen de los beneficios de la práctica del Mindfulness podríamos destacar: